1- Artículo de David Crowe:
Nótese que se menciona
que incluso la OMS sostiene que no hay evidencia de que las máscaras prevengan
el contagio. Y lo mismo dice la CDC de EEUU en un estudio sobre influenza, en
el que además se afirma: “Es esencial resaltar que los mecanismos de
transmisión de persona a persona en la comunidad no han sido completamente
determinados [esta oración no fue escrita en la traducción al español]. Sigue
existiendo controversia sobre el papel de la transmisión por medio de aerosoles
de partículas finas.” (“aerosoles de
partículas finas” se refiere a pequeñas gotas de saliva que saldrían de la boca)
2- Artículo de D. G. Rancourt:
3- Artículo de un blog:
4- Artículo del Dr. Russell Blaylock:
5- “Mueren dos niños en China que utilizaban mascarillas durante una clase de
gimnasia”
6- OPINIÓN:
En realidad, no
hace falta ningún estudio para darse cuenta que el uso prolongado de barbijos
no es saludable. Necesitamos respirar aire fresco. Si uno siente que le falta el
aire, y cuando se saca el tapaboca respira aliviado, es claro que el tapaboca
no es bueno.
El argumento que
sostiene que los virus son más chicos que los poros de los barbijos de tela y
por eso no impiden su paso tampoco es razonable. Ya que, según la explicación
oficial, estas partículas llamadas virus no se trasladarían en el vacío, si no
que están contenidas en gotas de saliva. Y el barbijo frena el impacto de esas
gotas. A menos que la cantidad de saliva sea tan grande que la tela se
humedezca y luego la boca del portador del barbijo tenga contacto con esa porción
de tela húmeda.
El uso de
tapaboca, sobre todo si es grueso, puede ser útil en los días de mucho frío. En
realidad, estaría cumpliendo la misma función que una bufanda tapando la boca. Ya
que el frío, y el enfriamiento del cuerpo por tiempo prolongado, es un factor
directo de patologías del tracto respiratorio, a pesar que la ciencia médica lo niegue,
contra la experiencia y el sentido común. Pero, claro está, también debería uno
abrigarse bien todo el cuerpo, incluyendo el cuello. Y si uno se tapa la boca,
con bufanda o tapaboca, sólo debería ser por poco tiempo, o respirar aire
fresco de vez en cuando. (El tema del frío y el stress psicológico como factores
directos de resfríos, se desarrollará en otra entrada, y es también mencionado
por el Dr. Ángel Gracia en uno de los videos en la entrada dedicada a él).
Pero lo
fundamental es que el uso de barbijos (y también el distanciamiento social)
están basados únicamente en la presunción que este síndrome llamado “Covid-19”
(que agrupa por medio de un testeo precario o inútil casos de lo que hasta hace
poco se llamaba “resfrío”, “gripe”, “bronquitis”, “neumonía”, etc., y que es
mayormente “asintomático”) es transmitido por medio de gotas de saliva. Estas
gotas serían lanzadas por los potenciales portadores del virus a dos metros de
distancia cuando hablan, y a ocho metros cuando estornudan, y aterrizarían
exactamente en las cavidades de otras personas, así comenzando el proceso
infeccioso.
Esto no fue
probado, y no se hizo ningún estudio que lo muestre, a pesar de que hicieron
decenas de otros estudios y se invirtieron grandes sumas de dinero.
Si esto no es
probado, todo el circo está basado en suposiciones o mentiras.
La prueba debería
venir antes de las medidas totalitarias, no después.
Es fácil probar
esto. Ni siquiera es necesario tener un laboratorio sofisticado, sólo
voluntarios bien pagos.
Por otro lado, aún
si fuese contagioso, eso no probaría que la partícula llamada Sars-Cov-2 es la
responsable. Para eso, debería hacerse otro experimento de transmisión con
Sars-Cov-2 purificado, que tampoco se realizó.
El hecho que no
se hayan realizado estos experimentos demuestra que las medidas autoritarias obedecen a otra agenda.
La presunción del
contagio por saliva, además de los daños sociales y económicos, provoca daños
psicológicos y convierte a las personas en lunáticos germofóbicos.
Y también está el
aspecto simbólico, que no es menor. La esclavitud.
NOTA: Puede que usted
use tapaboca no porque esté de acuerdo con su uso, sino sólo porque en su
ciudad es obligatorio y no quiere hacer la diferencia, o recibir una multa.
Para lo primero, se sugiere que sí haga la diferencia.
Para lo segundo,
al menos en la Ciudad de Buenos Aires, donde en teoría es obligatorio usar
tapaboca en la calle, no hay nadie que haga cumplir esa medida. Los transeúntes
no te dicen nada si no usás. Y los policías tampoco, aunque pases delante de
ellos. Y si te dicen algo: “No sabía…”, “¿Pero no era sólo para entrar en las tiendas?”, “No recibí una notificación”, “Me hace mal y el médico me lo
prohibió, me dijo que es insalubre, sobre todo para mí que tengo problemas
circulatorios…”, “Sí, lo tengo en
el bolsillo, me lo saqué un rato para tomar agua, y además estuve a punto de
morir por hipoxia, pero está bien, oficial, ya me lo coloco de nuevo”, etc.
Para las tiendas es distinto. Tal vez no vale la
pena incomodar al propietario por un rato con tapabocas.